Bankia salió a Bolsa en julio de 2011. Con una Oferta Pública de Suscripción de Acciones (OPS) y tras presentarse a sí misma como perfectamente saneada, captó inversiones por más de 3.000 millones de euros. Pero solo unos meses después comunicó unas pérdidas de 2.979 millones de euros y pidió ayuda al Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB). Después de perder casi todos los juicios, Bankia ofreció en febrero devolver a los pequeños ahorradores el dinero inicial invertido, más un 1% de intereses (lo que le ahorraría unos 400 millones en gastos judiciales). Sin embargo, advierten algunos letrados, numerosos pleitos siguen adelante y otros están por llegar.