Los peritos del Banco de España elevan a 46.000 millones de euros las ayudas a la entidad. Dicen que salió a Bolsa con su matriz quebrada con el «incomprensible» aval de la CNMV.
Antonio Busquets y Víctor Sánchez Nogueras, peritos del Banco de España, concluyen que Bankia salió a Bolsa en julio de 2011 con su matriz BFA en quiebra, lo cual fue ocultado a los inversores con el visto bueno de la CNMV.
Los peritos del Banco de España en el caso Bankia han presentado un nuevo informe explosivo que presenta la salida a Bolsa como una farsa de Rodrigo Rato y su equipo con la colaboración de la auditora Deloitte y los órganos supervisores, desencadenando un rescate público mucho más caro lo que se dice oficialmente.
El propio Banco de España asegura en sus informes oficiales que las ayudas públicas a Banco Financiero de Ahorros (BFA) y su filial Bankia han ascendido a 22,429 millones, pero los peritos que investigan el caso sostienen que son de al menos a 46.000 millones en un escrito dirigido al juez Fernando Andreu al que ha tenido acceso este diario.
Los peritos Antonio Busquets y Víctor Sánchez Nogueras aseguran que en el cierre de las propias cuentas anuales de Bankia de 2012 se aprecia que la recapitalización del grupo BFA fue de 24.552 millones «de los cuales aproximadamente 15.500 millones se corresponden a las necesidades del grupo Bankia».
Pero según ambos inspectores del Banco de España -y, frente a la opinión oficial-hay que añadir la ayuda de la Sareb, el llamado banco malo, que se hizo cargo de los activos inmobiliarios tóxicos de BFA y Bankia. «Adicionalmente, el 28 de diciembre de 2012, BFA y Bankia transfirieron a la Sareb activos por 22.317 millones (19.467 Bankia y 2.850 BFA) a cambio recibieron bonos emitidos por la Sareb y avalados por el Estado español», sostienen en su escrito. «En definitiva, la nacionalización del grupo BFA/Bankia ha supuesto la concesión de ayudas públicas por una cifra no inferior a los 46.000 millones». Esta es, a su juicio, la montaña de dinero público comprometido, ahora queda por ver cuánto se recuperará para evaluar el coste final del rescate.
Los peritos inspectores del Banco de España no sólo se ratifican en su ya polémico informe precedente del 4 de diciembre de 2014, sino que aumentan sus críticas. Descalifican a la auditora Deloitte y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por colaborar en el fraude de la salida a Bolsa, cuestionan con más contundencia la reformulación de cuentas del actual presidente, José Ignacio Goirigolzarri, y atacan al propio Banco de España por ayudar a Rato con sus contrainformes en el proceso judicial.
Antonio Busquets y Víctor Sánchez Nogueras concluyen que Bankia salió a Bolsa en julio de 2011 con su matriz BFA en quiebra, lo cual fue ocultado a los inversorescon el visto bueno de la CNMV. «Es una evidencia que el bajo precio de salida a Bolsa determinó la quiebra de BFA», aseguran. Ésta tenía un patrimonio neto positivo de 7.094 millones, pero al salir su filial a Bolsa a 3,75 por acción (un 75% de su valor en libros), BFA debió reconocer un deterioro de 8.599 millones. La verdad, según los peritos, es que ya en la salida a Bolsa «tenía por tanto un patrimonio neto negativo de 1.505 millones».
Los inspectores señalan al juez que «la pregunta relevante es ¿habrían invertido los nuevos inversores sabiendo que el precio de salida a Bolsa provocaba que su socio mayoritario tuviera fondos propios negativos?». No lo supieron y, por tanto«pusieron dinero bueno sobre dinero malo», critican. En su opinión, «los administradores de BFA y Bankia [encabezados por Rodrigo Rato] prefirieron diferir el reconocimiento de las pérdidas evidenciadas, lo cual fue lesivo para los intereses de los inversores e incluso, como finalmente sucedió, para los intereses del Estado que unos pocos meses después tuvo que rescatar y sanear el grupo BFA».
Debido a éste y a otros factores, insisten en que Bankia salió a Bolsa «sin expresar la imagen fiel de su situación económica y financiera» y todo ello sin que la auditora Deloitte «incluya ninguna alerta ni ninguna advertencia». «La CNMV debió ser más rigurosa», aseguran y, por ejemplo, consideran «sorprendente e incomprensible» que este guardián de los mercados aceptara el folleto tal y como estaba formulado, pese a que, dada la juventud de Bankia, era clave para los inversores. El vicepresidente de la CNMV en la época era Fernando Restoy, actual subgobernador del Banco de España y superior de Busquets y Sánchez Nogueras.